Confieso que ardería en el
infierno
por usted si es el suyo.
Confieso que peco cada vez que
lo
pienso, lo vivo y lo siento.
Confieso que mi piel es tan
débil en
sus manos cuando sienten todo
su ser.
Me confieso culpable de lo que
me
hace sentir y cumpliré mi
condena de
deseo y placer a sus pies.
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